11 de septiembre: la cadena de errores que culminaron en los atentados

A 23 años de los atentados del 11 de septiembre del 2001 (11S)  donde EE.UU. sufrió el mayor ataque terroristas de su historia en el que  fallecieron casi 3000 personas entre víctimas y perpetradores, y en donde los blancos fueron los principales símbolos del poder económico, militar y político de EE.UU mediante  el uso aviones comerciales como armas. La magnitud y complejidad de este ataque, que fue realizado no por un Estado, sino por un grupo de individuos pertenecientes a una organización terrorista, impuso  la pregunta de ¿cómo los organismos de inteligencia y el gobierno de EE.UU. pudieron ser tomados por sorpresa así? En un nuevo aniversario del 11S, NOTICIAS aborda junto a dos analistas la serie de errores que llevaron al atentado terrorista que cambió la historia.

Una cadena fatal de errores

Para Juan Battaleme profesor en Relaciones Internacionales de la UBA, el principal error que permitió que los atentados acontecieran fue la ”ausencia de la coordinación entre distintas agencias que se abocaba a cuestión del terrorismo tanto internas como externas. La coordinación no existía entre el FBI y la CIA, por lo tanto seguían agendas y problemas distintos, compitiendo entre ellas por recursos y prestigio". Battaleme  también señala otros errores  que  EE.UU. cometió  en la prevención contra el terrorismo, como fue  la desatención Afganistán tras el retiro de la U.R.S.S. en 1989, o la no consideración del efecto de establecer bases militares de los EE.UU. en Arabia Saudita; sede de Meca y Medina las dos ciudades más sagradas del Islam. Lo que fue interpretado por muchos musulmanes, incluyendo Bin Laden, como una intervención de EE.UU. en el mundo árabe.


EE.UU. La CIA tampoco alerto al FBI de las identidades de estos hombres, cosa que podría haber ayudado localizarlos una vez dentro del país.

Otro error clave fue que el FBI arresto el 16 de Agosto a Zacarias Moussaqui un ciudadano francés de origen marroquí en Minneapolis, quien tomaba clases de vuelo pero no se comportaba como un estudiante  normal. Si bien se revisaron sus antecedentes, el FBI determino que no había suficiente "causa probable" de crimen. La comisión del 11S determino que si el FBI hubiera ido más a fondo habría descubierto, como posteriormente lo hizo, la relación entre Moussaqui (que no llego a participar de los atentados) y Ramzi Binalshib uno de los coordinadores del 11S. Así los servicios de inteligencia tenían la información pero no podían armar el rompecabezas.

Parálisis y dudas 

Luego que el vuelo 11 y el vuelo 175 se estrellaron respectivamente en la torre norte y torre sur  del World Trade Center, George Bush fue informado del segundo avión estando en una escuela primaria frente a la prensa. En esos famosos 7 minutos, se puede observar el desconcierto del mandatario, por el cual fue cuestionado ya que muchos estadounidenses reclamaron  el porque no hubo una respuesta inmediata del gobierno señalando directamente a quienes realizaron el ataque. Pero tanto para Battaleme como para Botta esto fue el resultado natural de un hecho disruptivo e inesperado, en donde se evidencio la falta de información de lo que estaba sucediendo, incluso de que tipo de ataques se trataba.  Otro elemento que se sumó a la confusión inicial fue la increíble coincidencia donde la Oficina Nacional de Reconocimiento (ONR), iba a realizar ese mismo día un simulacro en el que un avión se estrellaba contra un edificio. Posteriormente el portavoz de la ONR , declararía que cuando comenzaron a desarrollarse los acontecimientos cancelaron el ejercicio. Esta incertidumbre también  se reflejó en las acciones siguientes del gobierno, donde Bush se trasladó rápidamente al aeropuerto de Sarasota, Florida, donde ante la falta certera de información fidedigna  de la situación, sus consejeros le recomendaron no volar a Washington. 

Simultáneamente el vicepresidente Dick Cheney, quien fue llevado al búnker de la Casa Blanca, se comunicó con Bush (aún en el aire) pidiendo la autorización de derribar vuelos civiles que no respondieron la orden en volver a tierra. La posterior caída del vuelo 93 en ese lapso de tiempo, producto de una rebelión de los pasajeros contra los terroristas, hizo que  incluso miembros del gobierno pensaran que el avión había sido derribado por la fuerza aérea, lo que demuestra el grado de falta de información de los propios funcionarios. Esto generó un periplo del presidente Bush en distintas bases militares donde primero emitió un breve comunicado a la prensa, para luego recién desde una base de Arkansas poder establecer con su vicepresidente, mediante vídeo conferencia, un cuadro más claro de la situación. Esto desembocó finalmente en su regreso  por la tarde a Washington, donde a poca distancia del edificio del Pentágono que también había sido atacado, emitió un discurso a todo el país donde públicamente responsabilizaba a Osama Bin Laden y Al Qaeda de los atentados.

Periódico Digital 20horas